II
SABOREO
El Café de por la mañana que me despierta,
feliz como el helado de fresa que pasa por la lengua de la niña de ojos azules,
el picante de la amistad cómplice.
Amargo, la realidad del niño de la calle,
un ácido irónico.
El saldo de tu sexo
como la ausencia.
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